N°13

JUNIO 2017

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Señalábamos en unos números anteriores, que a fines del 2015 y con la asunción de un gobierno neoliberal, la política cultural y artística iba camino a ser modificada en relación a años anteriores. Sin embargo, no previmos el ataque desmesurado que sobre la cultura, el arte y la educación se abatiría. Intervención y cambios en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, derogación por decreto de la Ley de Comunicación Audiovisual, modificación de la grilla televisiva pública, represión a centros culturales, violación a la autonomía universitaria y represión a docentes y estudiantes y redireccionamiento de presupuestos en la cultura y las artes, son algunas de las acciones que el gobierno, con el fin de aplicar un modelo económico basado en el ajuste a determinados sectores sociales, entre ellos la cultura y las artes, viene llevando a cabo. En este sentido, y así como la comunidad audiovisual se pronunció en defensa del cine nacional, es que convocamos a estar alerta a próximos intentos del gobierno actual en aquellas decisiones que afecten las políticas artísticas, culturales y educativas. 

En el número actual de Lindes, resulta interesante el texto Revisión, soslayo y proyección: la construcción de la contemporaneidad en De la tricolor al whipala (2014) de Silvana Daniela Abal, quien aborda el análisis de una serie de narraciones en las cuales la cuestión de la construcción identitaria y el “ser nacional”, reactualizan el debate en torno a la actual coyuntura sociopolítica de Bolivia. Se destaca que, si bien en el libro mencionado la situación política no es señalada explícitamente, es posible observar en la narrativa de ficción, ciertas referencias a momentos menos “desesperanzadores y acuciantes”, consecuencia del proceso revolucionario encabezado por el actual presidente Evo Morales. Sin embargo, Abal deja en claro que si bien la preocupación política no se expresa en forma evidente en los relatos, subyace al interior de los mismos, preguntas y preocupaciones en torno a lo que menciona “el ser nacional” y que sí expresarían cierta preocupación por los momentos que se están viviendo.
Aquí resulta interesante destacar como, tanto en los cuatro cuentos, como en el análisis que realiza la autora, la contemporaneidad es una construcción permanente y dinámica que sobreimprime niveles de significación, que en muchos casos expresan oposiciones, conflictos raciales y étnicos, llevándonos a pensar en la perspectiva planteada por Eduardo Gruner, quien retomando autores poscoloniales se refiere al in between y a la categoría de lindes, al hacer referencia a ese espacio en el que coexisten identidades fragmentarias, contrapuestas y sujetas a movimientos y contradicciones permanentes.

Esquematizando un poco, señalemos que al artículo escrito por María Angélica Cazorla titulado Las consecuencias de la Gran Depresión según De ratones y hombres o La fuerza bruta (1992), un film de Gary Sinise, puede dividirse en dos partes claramente diferenciadas.
La crisis de los años 30 en Estados Unidos, producto de la caída de Wall Street el 29 de octubre de 1929, dio comienzo a lo que se conocería como la “Gran Depresión” y que no sería –ni mas ni menos- que una de las cíclicas crisis del capitalismo, arrastrando al mundo en su conjunto y modificando las reglas económicas hasta aquel momento imperantes. Señala –y coincidimos-, que esta coyuntura histórica fue abordada en la literatura y el cine de las formas más diversas y frecuentadas. En  esta primera parte, se describe el proceso económico y social que significaron estos años –incluso haciendo referencia también a la Argentina-, y una segunda en la que Cazorla se aboca directamente al análisis de la película, centrándose en la figura de dos peones rurales que condensa, en cierta forma, la figura de los miles de excluidos y desplazados por la crisis, hasta ese momento, sin precedentes en el sector agrícola.
Lo interesante es que la síntesis apretada pero clara de la coyuntura económica, nos permite aproximarnos al análisis sobre la obra cinematográfica, en la cual los personajes se encuentran atrapados en los vaivenes de la crisis, de la cual no tienen escapatoria, desmitificando ese discurso dominante de los Estados Unidos como tierra de oportunidades. Animales y hombres son víctimas que no pueden escapar a un destino trágico, deshumanizador generado por el capital.

Señala John Berger en su libro Modos de ver (2000), como la construcción de la mirada ha sido a lo largo de la historia del arte, un proceso histórico, no azaroso, y sí producto de intereses de clases y grupos dominantes. En dicho libro, dos capítulos son inestimables a la hora de hacer referencia al trabajo publicado aquí por Diana Elisa González Calderón  y Anel Mendoza Prieto. Uno, el referido al desnudo, en especial el femenino y el otro a la publicidad. En La deconstrucción de la mujer-objeto en la fotografía documental de Jo Spence, las dos autoras proponen el abordaje de la artista inglesa Jo Spence que se inscribe en el movimiento feminista de mediados de los setenta. Su obra fotográfica, influida por dicho movimiento y el pensamiento posestructuralista de la época, indaga en torno a las representaciones hegemónicas de la mujer y en especial de su cuerpo. La artista, mencionan Diana Elisa González Calderón  y Anel Mendoza Prieto, utiliza la fotografía para dar cuenta de su enfermedad e irrumpe violentamente en el imaginario social, desestabilizando patrones estéticos y visuales.
Formas de representación, alteración de la relación sujeto-objeto, problematización de la objetividad y el recurso documental son los principales puntos a destacar en este trabajo.

La necesidad de explorar nuevas producciones cinematográficas en el género del terror, es el eje central en el análisis del trabajo La leyenda continúa: horror urbano en el cine de terror contemporáneo de Emiliano Aguilar. Destaca el autor, como el mencionado género ha ido modificando sus temáticas acorde a cambios que se han dado en el mundo contemporáneo. Para los cual toma tres casos, en los cuales observa una serie de características que le permiten inferir cambios y tópicos centrales tales como el sexo, las leyendas urbanas, la comunicación virtual y los adolescentes, entre otros.
Aguilar se refiere a esos limites difusos que existen entre lo sagrado y lo profano, lo conocido y lo desconocido, poniendo el acento en lo urbano como espacios privilegiados para el surgimiento de leyendas justamente urbanas-, en detrimento de los espacios naturales y la figura del monstruo como lo irracional, pasible de adquirir diferentes formas y representaciones, en los casos aquí analizados por el autor. 

La dictadura militar instaurada en 1976 en Argentina, aplicó en el ámbito del arte y la cultura –como en todas las esferas de la sociedad-, una metodología represiva y autoritaria que se evidenció en el exilio de numerosos artistas, la desaparición física de otros y el cercenamiento a aquellas producciones y obras que no se alinearan a los objetivos impuestos por las autoridades militares y sus socios civiles.
El teatro no fue ajeno a esto, y justamente en el artículo de Silvina Díaz y Adriana Libonati titulado Grotesco, sátira y parodia como discursos críticos, se lo aborda. En el mismo, vemos como a pesar de la censura y represión vigentes, el campo del arte elaboró y llevó a la práctica, obras y discursos que sortearon el clima de terror de la época, convirtiéndose en espacios de resistencia y cuestionadores.
Mediante la referencia a dos obras La rebelión de las mujeres de Patricio Esteve o La nona de Roberto Cossa y lo que significó Teatro Abierto, las autoras observan como en pasajes de las obras mencionadas, el grotesco, lo satírico y lo paródico constituyeron recursos que intentaban impactar en el espectador, haciendo visibles los momentos por los que atravesaba el país.
Destacable, por cierto, en la medida que estas –y otras- obras teatrales, al igual que en el cine y la literatura por mencionar otros géneros artísticos, las obras requerían el  establecimiento de códigos entendibles y compartidos por los espectadores, de forma tal que el discurso antihegemónico pudiera tener cierta efectividad, pero que simultáneamente sorteara los mecanismos de censura.

El diseño del séptimo arte de Fabián Podrabinek, describe las formas y figuras comunicacionales en la actualidad, recurriendo a carteles y afiches publicitarios y cinematográficos y por último, mencionemos Una victoria inadvertida: Delfina Careaga, de Diana Elisa González Calderón, quien reseña la vida y obra de una escritora mexicana. Escrito en tono intimista, la autora nos cuenta el momento en que conoció a Delfina Careaga y el impacto que en ella misma provocó, destacando el aporte a la cultura nacional mexicana.

Finalmente, integran la galería de imágenes, obras de las artistas Eva Melgarejo y Lula Mari.

Junio, 2017

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Galería de Artistas

Eva Melgarejo

Nació en Buenos Aires el 6 de octubre de 1973. En 1980 inicia sus estudios en Artes Plásticas. En 2002 egresa de la Escuela Nacional de Bellas Artes "Prilidiano Pueyrredón" especializándose en la Carrera de Dibujo. Entre 2004 y 2005 realiza el Posgrado en Artes Visuales en la Escuela Ernesto de la Cárcova. Concurre a talleres y seminarios de ilustración con Monica Weiss, Dipacho (Diego Sanchez), Gastón Hauviller, Henry Gonzalez y en Escuela Color Café.
Actualmente se desempeña como Docente de Educación Plástica e incursiona en la ilustración para libros infantiles. Publicaciones: "Aguafuertes Porteñas de Roberto Arlt. 10 Textos x 250 Ilustradores", "Una mañana de julio" Memoria ilustrada 2012 - Cuentos para no olvidar. “Sin Palabras” Memoria ilustrada 2013.
Desde 1990 participa en concursos Municipales, Provinciales, Nacionales, y exposiciones colectivas e individuales, entre las cuales se destacan: Sin Palabras, Muestra del Foro de Ilustradores, Centro Cultural Recoleta; Aguafuertes porteñas de Roberto Arlt, Centro Cultural Recoleta; Memoria Ilustrada 2012 - Cuentos para No Olvidar, Centro Cultural Recoleta; Galería de personajes (8° Festival de Arte en la plaza), Ilustración; El Circo Ilustrado, Foro de Ilustradores, 17ª Feria del Libro Infantil y Juvenil, Centro de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires.

Lula Mari

Lula Mari nació en Buenos Aires, 1977. Egresada de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, estudió pintura con Hermenegildo Sabat y Alejandro Boim. En su pintura el uso de la luz da cuerpo a un mundo extraño, tan real como simbólico, donde lo bucólico habita junto a lo disonante. Sus telas están pobladas de animales fantásticos, flora y fauna cuya textura se vuelve escultórica para luego desaparecer en el vapor o en la nada.
Desde el 2010 desarrolla los Recitales de Pintura: en un ambiente oscuro, los cuadros se colocan sobre un atril, en el frente y de a uno. Como si fueran canciones se suceden con tiempos variables definidos por la artista, poniendo en juego las condiciones de observación de la pintura y buscando una contemplación profunda. Realizó más de 40 recitales de pintura, entre los que se destacan: Iglesia Dinamarquesa de Buenos Aires (2010 y 2011), Zavaleta Lab (2011), Sputnik Galería (2013), Alpha Centauri (2016), Espacio Modos (2014), Casa Brandon (2012), así como también en distintos centros culturales de la Capital. Realizó el Mural de la Estación Malabia, Subte Bs. As., Argentina.